Hace muchos años, cuando el sistema capitalista comenzaba a desarrollarse y los dueños de los talleres encerraban allí a los trabajadores y a las trabajadoras en condiciones infrahumanas para explotarlos, una mujer comenzó una cruzada para reivindicar los derechos de la mujer.
Esa mujer era alemana y se llamaba Clara Zetkin. Nació el 5 de julio de 1857 en Wiederau, Sajonia. Su padre era maestro rural y organista de iglesia y su madre tenía ideas muy abiertas para la época.
Cuando estudiaba magisterio en Leipzig, entre los 19 y 21 años de edad, conoció y se relacionó con un grupo de estudiantes y emigrados rusos, entre ellos OssipZetkin, con quien llega a contraer matrimonio.
En 1881 integra las filas del Partido Obrero Alemán, y en 1889, participa como delegada de las mujeres socialistas de la «BerlinerWolk-Tribune», en la II Internacional.
Con una extraordinaria experiencia como dirigente revolucionaria en defensa de la mujer, participa en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialista que se celebra en Copenhague, en 1910.
En ese foro Clara propone establecer el Día Internacional de las Mujeres, lo que fue aprobado por más de 100 delegadas de 17 países. Se debatió, además, sobre los derechos laborales, la educación y la lucha contra la guerra.
La Tercera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas que estaba programada para abril de 1914, no pudo realizarse por la guerra. Entonces Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo comienzan una titánica lucha en contra de esa guerra imperialista.
Organizó en marzo de 1915 una Conferencia Internacional de Mujeres Contra la Guerra, a la que asistieron 25 delegadas de los países beligerantes. Por defender los principios internacionalistas fue acusada de «traición» y encarcelada cuando regresó a Alemania.
Luego de ser puesta en libertad, funda junto a sus compañeros Carlos Liebknecht, Rosa Luxemburgo y Frank Mehring, el grupo Espartaco.
En 1920 realiza su primer viaje a Rusia donde la recibe en Moscú su amigo Lenin. Junto a él trabaja en la preparación de la III Internacional Comunista.
Ejerció como Diputada en el Reichstag entre 1922 a 1933, aún cuando residía en Moscú gran parte del tiempo por su mal estado de salud.
En Alemania el ascenso de las fuerzas más reaccionarias se apoderan de las posiciones más importantes de la política y el Estado. Surge la figura de Adolfo Hitler, con sus ideas fascistas, racistas y hegemónicas.
Con los nazis como primera fuerza política, el 30 de agosto de 1932 el Reichstag abría sus sesiones. En esa solemne ceremonia le correspondía al diputado de más edad pronunciar el discurso de apertura, en este caso a Clara Zetkin.
Los nazis utilizaron varias artimañas para que ella no asistiera, incluso la amenazaron de muerte, pero ella fue.
Con lentos pasos la venerable anciana de 75 años de edad avanzó hacia el estrado sostenida por dos compañeros. Enferma y casi ciega, con voz rasgada pronunció su último discurso en vida.
Sus lapidarias palabras resultaron una contundente denuncia contra el nazismo.
Clara Zetkin falleció en Moscú el 20 de junio de 1933 y sus restos reposan en las Murallas del Kremlin.
Fuente:
Granma, 21 de junio de 1983.
Por:Nidia Díaz
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